El hombre de moda del fútbol español
Si hay un jugador que ha sorprendido a propios y extraños en el inicio de esta campaña es sin ninguna duda Sergio Ballesteros. El veteranísimo central a sus 36 años está saboreando, junto a sus compañeros de equipo, el momento más dulce de su carrera al situarse colíder empatado a puntos con el Barça de Guardiola y por delante del Real Madrid al que sorprendió hace varias jornadas. Todo pintaba mal para los hombres de Juan Ignacio Martínez para esta temporada, sobre todo tras la marcha de Luis García y Felipe Caicedo, pero los jugadores han sabido responder y en especial el capitán Ballesteros.
A sus 188 centímetros hay que sumarle sus 93 kilos para ver la dimensión de este auténtico tanque. En apariencia lento y torpe sorprende su velocidad en el cruce y su habilidad sacando el balón jugado. Nació en Burjassot, Valencia y comenzó su carrera donde parece que la va terminar, en el Levante. Actual capitán y alma del equipo, ídolo de la afición y modelo a seguir para los jóvenes del club fue campeón sub 21 de Europa con la selección nacional de los Guti, Valerón o Michel Salgado. Su trayectoria fue distinta a la de sus compañeros. Siempre en clubes modestos que luchaban por ascender a Primera o no descender a la división de plata.
Empezó su carrera en el Levante. Del equipo de sus amores pasó al Tenerife donde en 1996 debutó en Primera. Juup Heynckes decidió ficharlo para el club canario tras jugar contra él en un partido de Copa del Rey y quedar sorprendido de su rendimiento. Acumuló 113 partidos con el club tinerfeño en los que anotó 4 goles y llegó a disputar la Copa de la UEFA. Tras jugar una campaña en Segunda pasó al Rayo Vallecano donde disputó una de sus mejores temporadas. Con casi 50 partidos en Vallecas el Villareal llamó a su puerta. En sus 3 temporadas en el equipo amarillo fue titular indiscutible y sumó 92 partidos, además de conseguir una Copa Intertoto. Tras su estancia en El Madrigal fue vendido por alrededor de 1 millón de € al Mallorca. En el equipo balear volvió a ser indiscutible las primeras campañas pero finalmente fue apartado del equipo en la última, lo que facilitó que volviera a casa para ayudar a su club a subir a Primera. Consiguió el ascenso y ya el año pasado fue pieza clave del equipo de Luis García, un equipo al que todos daban por muerto a principio de la pasada campaña y que finalmente fue el que menos problemas tuvo para mantener la categoría de entre todos los modestos.
Muchas voces le reclaman para la selección, sobre todo desde el Ciutat de Valencia pero parece difícil que Vicente del Bosque se acuerde de él ya que pese a los problemas en defensa hay varios centrales jóvenes y con proyección que ya triunfan en la Liga como Víctor Ruiz, Domínguez o el propio Botía. Pero hay que recordad que nadie tampoco confiaba en que pudiera rendir a este nivel y ahí está. Pase lo que pase nos alegramos de que el fútbol recompense a estos jugadores y estos equipos en los que el trabajo y la humildad son los valores que les guían y motivan para crecer día a día y sumar los puntos necesarios para que sus aficiones sigan soñando.
Alejandro García
2 comentarios:
Gran articulo, felicidades!
20 de octubre de 2011, 22:23Hay vida más allá del Madrid y el Barcelona y muy buenos jugadores que no lo son menos por no haber estado en un grande.
Muy buen artículo. Sí hay vida, aunque no hay que ser demagogo, el Levante va a ir cada vez a menos. No olvidéis que la última vez que comenzó la temporada arriba, sorprendiendo a todo el mundo, terminó descendiendo...Como dice JIM, la permanencia es el objetivo para el Levante.
24 de octubre de 2011, 12:35Publicar un comentario