miércoles, 9 de noviembre de 2011

Deportivo de la Coruña. De las luces a las sombras

Todo aquel aficionado al fútbol que se precie, conocerá a aquel Deportivo de la Coruña de los primeros años de la década de 2000, un conjunto poderoso en España y en Europa, plantándole cara a cualquier equipo que se le pusiera enfrente. Campéon de Liga en la temporada 99/00, su cénit en el ámbito nacional, conocido mundialmente por el célebre "Centenariazo" ganándole la Copa del Rey al Real Madrid en su estadio en su Centenario, y temible en Europa, semifinalista de Champions League, venciendo a equipazos como Milan, Juventus, Manchester United, Arsenal, Bayern Munich etc...




 
Todos conocemos esta historia, y muchos pensábamos en su día, que tendría un final, y vaya si lo tuvo... A partir del 2004, la bajada de nivel del Deportivo fue alarmante, eliminado a primeras de cambio en la Champions tras un pobre bagaje de 2 empates y 4 derrotas en la primera fase. La guinda del pastel fue la 8ª posición en la tabla que supuso un cambio drástico y profundo en el club. Si bien la parcela deportiva fue muy importante en este desarrollo, la económica lo fue aún más. El Deportivo acumulaba una deuda cercana a los 200 millones de €, algo totalmente inasumible por un club y una ciudad humildes. Lendoiro tuvo que escoger el camino inverso al que estaba realizando, se acabó aquella frase histórica del de Corcubión "El Deportivo es un club comprador, no vendedor" y el equipo se fue descapitalizando poco a poco, bajando el presupuesto y fichando a coste "cero" jugadores jóvenes sin mucha experiencia. La llegada de Joaquín Caparrós para abanderar el proyecto del "Baby Depor" fue un fiasco completo; problemas con jugadores importantes (Scaloni y Tristán) fichajes desacertados (Juanma, Bodipo, Taborda) y la grada completamente desquiciada viendo como su equipo que practicaba hace un par de años un gran fútbol jugaba prácticamente a "gorrazos".





Un cúmulo de circunstancias que hizo que en un par de temporadas aterrizara a tierras coruñesas Miguel Ángel Lotina. Técnico de perfil bajo, al estilo Irureta (como le gustaba a Lendoiro) y trabajador. En la primera temporada el Depor llegó a estar a 5 puntos de la salvación en una primera vuelta desastrosa, mientras que en la segunda jugando con una defensa de 5 consiguió unos números espectaculares que sirvieron para clasificarse a la extinta ya Intertoto.

A la siguiente temporada (08/09) la participacion en Uefa Cup fue bastante decepcionante, eliminado por el Aalborg y en Liga con una temporada más bien apática, el equipo seguía perdiendo jugadores y el nivel bajaba notablemente. Se agotaban las cenizas de aquel equipo poderoso. El objetivo cambiaba radicalmente, había que permanecer en Primera para poder liquidar la deuda de años anteriores. Ese era el único objetivo de la directiva, y eso fue una losa para el aficionado, desencantado que añorando los años gloriosos comenzó a abandonar el estadio y las entradas en los partidos del Deportivo como local eran de las peores de la Liga. Algo lógico. Sólo los incondicionales seguían apoyando.



El juego del Deportivo tampoco ayudaba a ello con poco juego combinativo y cuando se realizaba, los resultados brillaban por su ausencia. Lotina optaba por plantar un equipo defensivo y fuerte para poder optar a ganar los partidos aprovechando las pocas ocasiones que generaba el conjunto. Salió bien en bastantes ocasiones pero finalmente fue uno de los factores desencadenantes de todo lo que sucedería después. Era obvio que con la descapitalización de la plantilla, se perdió lo más importante, el GOL. Tener un delantero goleador significa poder gastar el dinero en él, algo que el Deportivo no tenía. De tener a la Bota de Oro (Roy Makaay), al Pichichi (Diego Tristán) y goleadores consumados como Albert Luque o Walter Pandiani, la delantera pasó a Rodolfo Bodipo, Riki, canteranos como Xisco, o fiascos como Omar Bravo o el ya mencionado Taborda.

La temporada 09/10 arrancó de manera positiva para los coruñeses, con una de las mejores bandas izquierdas de la Liga en aquel momento (Filipe Luis y Guardado) y sacando resultados, ocupando plazas europeas en el primer tramo de competición. Nada hacía presagiar lo que pasaría en la segunda mitad del campeonato. Una segunda vuelta nefasta, con números de descenso directo dejaría al equipo en mitad de tabla. Lo peor es que en esa segunda vuelta se habían puesto los cimientos del descenso a 2ª División en la temporada siguiente. Apatía, poco fútbol, y goles escasos. Denominador común.

Ya en la temporada pasada 10/11, pasó lo que todo el mundo se temía, se comenzó mal, y se terminó peor. Los aficionados no confiaban en el entrenador Lotina, pero lo que hay que tener en cuenta, es que con un equipo donde destacaban nombres como Morel, Rindaroy, Desmarets, Urreta...y fichajes invernales que fueron un Pepe Sand inoperante y un Javito inédito, poco se le podía pedir a un equipo muy limitado. El único que podía poner un poco de brillo era el incombustible Juan Carlos Valerón, al que Lotina le dió la batuta en el momento más delicado, pasándole la patata caliente, y el canario respondió. Asumió los galones y a punto estuvo de salvar al equipo, pero la falta de mordiente fue la clave como se pudo ver en aquel fatídico partido frente al Valencia.




A efectos económicos, la deuda del Deportivo se redujo notablemente, y se espera que en pocos años pueda llegar a 0, pero es de extrema importancia que el club ascienda de nuevo a Primera para poder llegar a una viabilidad asumible. Lo positivo es que el aficionado, se ha vuelto a enganchar con el equipo. La Coruña ha asumido el descenso y lo ha tomado como un pasito atrás para poder coger impulso. Un punto de inflexión para volver a ser grandes. No cabe duda que el Deportivo siempre será grande para todos los aficionados al buen fútbol, que disfrutamos de aquellos años gloriosos.


Adrián Gómez
@adriangb25

0 comentarios:

Publicar un comentario