#onosoderbi se quedó en casa
Con este "hashtag" en Twitter (#onosoderbi) los aficionados de ambos equipos gallegos calentaban el partido, un partido realmente esperado tras 4 años de sequía. Un derbi de alta tensión, que fue creciendo con el paso de los años y alcanzó el cénit en la década del 2000, con ambos equipos disputando competiciones europeas al más alto nivel. El ambiente en Riazor fue digno de las grandes noches gloriosas, un ambiente eléctrico, un partido vivido como una auténtica finalísima, la supremacía del fútbol gallego en juego.Desde un primer momento, la condición de local del Deportivo fue clave en el devenir del encuentro. La afición volcada y entregada a los blanquiazules llevó a los suyos en volandas desde el primer minutoy aguantó del equipo cuanto más sufría los acosos del equipo vigués. El partido en sí se puso muy de cara para el equipo de Oltra, algo extraño ya que si algo pecaba este equipo, era de entrar al campo frío y encajar con facilidad en los primeros minutos. Riki abrió la lata con un taconazo de calidad que se encargó de empujar a la red Jonathan Vila en su propia portería. Primer zarpazo de los coruñeses que cambió el guión por completo. Los celestes comenzaron KO el partido y pudieron encajar más goles, pero se recompusieron con el paso de los minutos. El planteamiento de Paco Herrera con muchos jugadores de fútbol ofensivo tuvo sus frutos sobre todo en el final de la primera mitad y el comienzo de la segunda, pero tanto riesgo tuvo sus defectos, y uno de ellos era la libertad con la que jugaban tanto Juan Dominguez como el "Mago" Valerón. Al descanso se llegaba con el Deportivo venciendo por 1-0 y con el Celta empezando a dominar pero sin mucha claridad mientras que el Deportivo daba la sensación de apretar el acelerador cuando más le convenía.
La segunda mitad fue prácticamente un monólogo visitante, con un Deportivo que se vió obligado a replegarse y que sufrió más de la cuenta por la falta de mordiente defensiva de dos hombres, Lassad (que entraría por Riki a los 10 minutos de partido por un pinchazo del de Aranjuez) y de Valerón. El Celta se topó con Aranzubia, muy brillante en varias acciones pero finalmente, de tanto insistir consistió empatar gracias a Orellana (jugador clave en el partido tras sustituir a un Mario Bermejo muy apagado). Sin embargo, cuando parecía que el Celta podría darle la vuelta al partido, Lassad enganchó un zapatazo por toda la escuadra de Yoel que significaría el definitivo 2-1
Un resultado que visto el partido, bien podría ser el de empate, por el empuje del Celta y su dominio en muchas fases del encuentro, y por el oficio y seriedad del Deportivo, que nunca perdió el sitio y supo llevar el encuentro a su terreno. Un derbi eléctrico, de ida y vuelta, con ocasiones para ambos y un estadio con más de 34.000 espectadores para un partido de Segunda División, pero con aficiones y equipos de Primera.
#onosoderbi no nos defraudará en Balaídos, y seguro que lo volveremos a disfrutar pronto en nuestra Primera División
Adrián Gómez
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