Contigo no, bicho
Cuando alardeas de ser el club que más ingresos tiene cada año y eres el responsable de cuatro de los cinco fichajes más caros de la historia (Cristiano Ronaldo, Zidane, Kaká y Luis Figo), es lógico que el equipo que va a venderte un jugador se relama sólo de pensar en el sobreprecio que te va a hacer pagar. Un caso evidente fue el de Gonzalo Higuaín, que fichó por el equipo entonces entrenado por Fabio Capello en diciembre de 2006 costando 13 millones de euros cuando se decía que el Getafe lo tenía apalabrado por menos de la mitad. Pero su equipo, el River Plate, no se lo pensó ante el interés del Madrid. Ese mismo año llegó Fernando Gago, procedente del Boca Juniors, por algo más de veinte millones de euros. Sin entrar a valorar el rendimiento del centrocampista, el precio parece demasiado elevado.
Lo que no se acaba de entender es por qué a un equipo como el Real Madrid, que hasta donde podemos saber siempre ha sido un buen pagador, se le han negado fichajes aunque el jugador en cuestión manifestara su interés por ser madridista. El presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, suele decir que "los jugadores juegan dónde quieren jugar", pero está claro que no siempre es así. Todo el mundo recuerda el caso de Gaizka Mendieta. El centrocampista vasco fue el jugador insignia del mejor Valencia de la historia, aquel que logró llegar a dos finales de Champions League consecutivas. Muchos fueron los equipos interesados en su fichaje, y entre ellos parecía que era el Real Madrid el que más posibilidades tenía de lograrlo. Pero los directivos valencianistas no podían consentir que los blancos se llevaran a su estrella, como pasara en el año 96 con Pedja Mijatovic. "Antes que al Madrid, se lo vendemos a la Lazio" debieron pensar los dirigentes. Y así fue: Mendieta se fue a la Lazio por lo que ahora serían 45 millones de euros y fracasó estrepitosamente. Tanto que tuvo que ser cedido al Barcelona y al Middlesbrough, pero ya era tarde para él. Nunca volvió a ser el gran futbolista que fue.
Un caso similar se está viviendo este año con Sergio Agüero. Tras cinco temporadas en el Atlético de Madrid, el delantero argentino manifestó su intención de abandonar el club en busca de retos más importantes (entre ellos, jugar la Champions de manera habitual). El Kun siempre ha manifestado que nunca jugaría en el Real Madrid, pero este año, por primera vez, habla de una salida "sin condicionamiento alguno". En el mercado invernal ya se tanteó la posibilidad de su fichaje por el equipo de Mourinho, y muchos son los que aseguran que si Agüero ha dado este paso es porque tiene algún precontrato con el Madrid. Pero estos días se ha podido ver en muchos medios (Cadena SER, Radio Marca, etc.) a Miguel Ángel Gil Marín, Consejero Delegado del Atlético, diciendo que el jugador se irá a cualquier equipo "excepto al Real Madrid" . Alude a un acuerdo al que llegó con Florentino Pérez y según el cual, los dos equipos de la capital no realizarían una 'maniobra hostil' contra el otro. Es decir, Reyes y Jurado pueden irse al Calderón, pero Forlán y Agüero no pueden irse al Bernabéu.
Desconozco si el Real Madrid está interesado en contratar al Kun (creo que el puesto está perfectamente cubierto con Higuaín y Benzema), pero si de mí dependiera la decisión, las declaraciones constantes de Gil Marín proclamando que se irá a cualquier club que pague la cláusula menos al conjunto blanco, no harían más que convencerme de la conveniencia del fichaje.
Miguel González-Adalid
@miguelgadalid
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