¿Dónde está mi Atleti?
Un año que prometía ser el regreso a la élite del fútbol se ha convertido en un drama propio de las mejores producciones de Hollywood. Pero antes de que la afición recuerde este año como el que marcó la definitiva caída del Atletico de Madrid, volvamos la mirada unos años atrás y analicemos como desde hacía ya mucho, el tercer club mas grande de España se volvía un chiste para las aficiones contrarias.
En el pasado Mundial de Alemania, con nuestra selección haciendo una fase de grupos fantástica y cayendo torpemente contra Francia, teníamos a cuatro de nuestros jugadores representándonos en la absoluta. Discutibles y no tan discutibles pero ahí estaban. Y por encima de todos estaba nuestro capitán, el que nos sacó de los fuegos de segunda división y lideró al equipo en estos duros años: el niño Torres.
Dos años después, en la Eurocopa que ganamos con el tiki-taka que nos haría mas tarde campeones del mundo, solo Torres por corazón y no por contrato representaba nuestros colores en la selección. El niño, ídolo y leyenda, abandonó el club rumbo a Liverpool.
Para suplir a Torres fichamos a otro delantero de primer nivel: Diego Forlán. Y aquí fue donde comenzó la gran caída del club rojiblanco. Pues ese anhelado mediocentro creativo, aquel mediapunta con visión de juego que año tras año nos decían que buscaba el Atleti en periodo de fichajes y que nunca encontraba, pudo haber venido en el paquete con Forlán. Hablo del gran Riquelme que fue capaz de llevar al Villarreal a semifinales de la Champions. En lugar de eso nos trajeron año tras año medianías con la vitola de cracks que no hacían mas que acabar con nuestra paciencia empezando por Maniche y terminando por Elias.
Aun así el Atleti tenía dinamita arriba con una de las futuras estrellas del mundo, el Kun Agüero, apoyado por Forlán, Maxi Rodriguez y Simao. Fácil lo tenía la directiva para apuntalar la defensa y conseguir un centro del campo decente. Pero en 4 años no consiguieron ni una cosa ni la otra.
A pesar de todo, el pasado año el Atleti, nuestro Atleti, levantó dos títulos y cayó con honor en una final que habría supuesto el tercero. Este año parecía que seria el definitivo. La vuelta triunfal al lugar que nos corresponde. Un portero de la casa llamado a ser el sustituto de Casillas en la selección, una delantera compuesta por un Bota de Oro y un superclase de nivel mundial, y por supuesto un entrenador que sacó al Atleti del descenso y le hizo ganar dos títulos.
¿Qué pasó? Que derrochamos millones en fichajes como Eller, Costinha, Cabrera o Salvio. Comprábamos jugadores para luego cederlos. Fichamos a Juanfran este invierno por lo que nos habrían costado Rakitic y Afellay. ¿Qué pasó? Que estrellas como Maxi o Simao se fueron con la carta de libertad sin dejar un euro en nuestras arcas porque la directiva no supo gestionar sus renovaciones. ¿Qué pasó? Que el Kun se cansó de estar rodeado de mediocridades y dijo que se quería ir, que de Gea vió lo que le venia encima y dijo que se quería ir, que Kikogol y Toni sabían lo que había y dijeron que no volverían.
Ahora pienso si no sería mejor que un jeque de esos que están muy de moda comprara el club. La pregunta es si Gil y Cerezo venderían, pues ellos son como los reyes de antaño, que se creen con derecho al poder por la gracia divina. Si tuvieran dignidad escucharían al aficionado de a pie y dejarían el club en manos de quien pudiera llevarlo. Pero por lo que parece ellos seguirán donde están y por mucho que me duela, la solución esta fuera de nuestro alcance.
A los atléticos nos llaman sufridores, y tal como están las cosas, nos queda mucho por sufrir.
CGP
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