Muchos futbolistas consiguen hacerse un hueco en la memoria de los aficionados por conseguir muchos títulos, bien sea con su equipo o a nivel personal. Otros poseen ese privilegio pese a no haber conseguido los mismos logros, por su personalidad, la forma de comportarse dentro del terreno de juego y fuera de él, siempre serán recordados con cariño. Ese es el caso de Robbie Fowler, un chico de Liverpool que llegó a ser Dios, “The God”, en el equipo de su ciudad.
Robbie Fowler, nació en Liverpool, en el barrio de Toxteth, el 9 de abril de 1975. Conocido cuándo era pequeño como Robert Ryder (usaba el apellido de su madre), era hincha del Everton cuándo era muy niño y un habitual de Goodison Park, aunque cómo él mismo reconoce, desde el día que entró en la academia red, nunca más volvió a pisar territorio toffee. Con diez años su talento ya se hacía notar y, tras anotar 16 goles en un partido, fue reclutado para la academia de estudiantes del Liverpool. En 1992 el día de su 17º cumpleaños firma su primer contrato profesional. En el Liverpool, Fowler se convertirá en poco tiempo en el ídolo de la afición, en el preferido dentro de una generación no escasa de talento. Eran sus goles y su forma de ser lo que le hacía especial. Robbie era el sueño de todo hincha hecho realidad, un niño de la ciudad triunfando desde muy joven en su equipo. Todos se identificaban con él, era The God para ellos.
Debuta en un partido de League Cup frente al Fulham el 22 de septiembre de 1993, aunque ya había sido convocado antes, en el partido de vuelta Robbie consigue anotar 5 goles convirtiéndose en el cuarto jugador del Liverpool en lograrlo. En su quinto partido como red, Fowler consigue marcar su primer hat-trick. En sus primeros 13 partidos con el Liverpool marca 12 tantos, un comienzo muy prometedor sin duda, que sería un presagio de su fructífera carrera goleadora. Este inicio le valió un puesto en la selección sub-21 de Inglaterra. Dónde antes había ayudado a la selección Sub-18 a conseguir la Eurocopa del 93. En su primera temporada Robbie anotó 18 goles, solo superado por el mito red Ian Rush.
En la siguiente temporada, la 94/95, Fowler estuvo presente en los 57 partidos que disputó su equipo, y conseguiría ganar la League Cup. Además sería nombrado mejor jugador joven del año, trofeo que repetiría al año siguiente. Robbie estableció un record aun presente y es que anotó el hat-trick más rápido de la historia en 4 minutos y 33 segundos, frente al Arsenal.
Fowler era considerado cómo uno de los mejores goleadores y sus cifras así lo demostraban, marcando durante tres temporadas consecutivas más de treinta goles hasta 1997. Estableciendo otro record, el de marcar más de treinta goles en sus tres primeras temporadas completas, 116 goles sumando la temporada de su debut. Fowler era halagado por todos, como su compañero Steve McManaman, con quién formó una excepcional dupla atacante en Liverpool, quién le describe cómo el mejor goleador de todos los tiempos. Y es que Fowler los marcaba de todos los colores, de todas las formas posibles, desde todas las esquinas, un goleador nato. Sus goles le valieron la primera convocatoria con la selección absoluta en 1996, con la que disputaría un total de 26 partidos anotando 7 goles.
En ese mismo año la FIFA le reconoció su labor por el fair play, felicitándole por su deportividad, al admitir que no había sido derribado por David Seaman en un penalti y que lo había fingido. Tras no poder convencer al arbitro de lo sucedido, él mismo lanzó el penalti, que fue atrapado por Seaman, pero no pudo evitar que acabase en gol de McAteer en el rechace. Robbie apuntó después que no quiso fallar el penalti, que solamente fue mala suerte.
Robbie, en Liverpool, formó parte de una exitosa generación de futbolistas, muy talentosos, pero a los que se acusaba de rendir poco por sus salidas nocturnas y su vida fuera del terreno de juego. Se les apodaba los Spice Boys, nombre que surge a partir del rumor de un romance de Robbie Fowler con una Spice Girl. Integraban este grupo jugadores como el propio Robbie, McManaman, Jamie Redknapp, Stan Collimore, Phil Babb, David James o Jason McAteer. El término fue utilizado en forma despectiva, algo que según Robbie, no les gustaba nada, ya que entrenaban duro como todos y a veces salían como otros compañeros de trabajo, y lo pasaban genial juntos. “Un día nos juntamos para comprar un caballo, como no sabíamos como llamarlo, le pusimos, el caballo, y al cabo del tiempo compramos otro y le pusimos, el otro caballo,” recuerda en una reciente entrevista. Hizo una especial amistad con Steve McManaman, de quien dice que siempre será su mejor amigo.
También el futbol debe algo a Robbie ya que, en parte gracias a él, se comenzó a sancionar quitarse la camiseta para celebrar un gol. Fue en 1997, cuándo tras marcar un gol en Copa Uefa mostró una camiseta de apoyo a los trabajadores del puerto de Liverpool, que se encontraban en huelga. La UEFA le sancionó, justo después de que la FIFA reconociese su deportividad, ya que no consideraban adecuado reivindicar a través del fútbol, temas políticos o económicos.
En la temporada 97/98 el rendimiento de Robbie se vio empañado, debido a una grave lesión en los ligamentos de la rodilla que le mantuvo apartado más de media temporada de los terrenos de juego y le obligó a perderse el mundial de Francia 98. Una lesión fatal justo en el mejor momento de su carrera, casi todo el mundo opina que no volvió a ser el mismo, pero él afirma que siempre a metido goles.
En 1999, Robbie Fowler protagonizó el que seguramente sea su episodio mas turbio. Durante un partido frente al Everton, tras anotar gol de penalti, simuló que esnifaba una raya de cocaína en una de las líneas de cal del campo, este hecho le costó una sanción de cuatro partidos y 60.000 Libras. Su entrenador, Gerard Houllier, trató de defenderlo justificando esa celebración, dijo que imitaba a una vaca pastando, pero el propio Fowler en otra demostración de esa sinceridad que le caracteriza, explicó que se trataba de una respuesta al extendido rumor de que era cocainómano y que había salido de los hinchas el Everton. Pensó que la gente lo entendería, pero los dirigentes no tienen el mismo sentido del humor que él. A estos 4 partidos de sanción se le unieron otros dos, ya que en un partido anterior se había burlado del defensa del Chelsea, Graeme Le Saux, moviendo el trasero delante de él, insinuando que era gay, mientras su esposa e hijos miraban desde la grada.
La temporada 2000/01 fue la más exitosa en cuánto a títulos para Fowler, ya que su equipo se alzó con el triplete, ganando UEFA, League Cup y FA Cup, participó en las tres finales y levantó los trofeos como capitán. Anotando17 goles esa temporada. La temporada siguiente Fowler gana la Supercopa de Europa frente al Bayern Munich. Pero comenzó envuelto en rumores sobre problemas con su entrenador y su posible marcha. A esto se unió la pérdida de la titularidad en favor de Owen y Heskey, preferidos por Houllier. Así llegó su salida de Anfield, de su club de siempre y puso rumbo al Leeds United a cambio de 12 millones. Fowler asegura que Houlier le obligó a dejar el Liverpool. En el resto de temporada, en Leeds, consiguió marcar doce goles y se ganó un sitio con Inglaterra para el mundial de Corea y Japon, dónde no tuvo mucho protagonismo.
Las lesiones le privaron del futbol con regularidad por lo que su rendimiento bajó, lo que no le impidió marcar un total de 15 goles en los 31 partidos que disputó con el Leeds. Al año siguiente fue transferido al Manchester City dónde tampoco rindió al máximo; con la llegada al club de su amigo Steve McManaman, se esperaba un resurgir, pero no fue así y se vieron envueltos en criticas de aficionados y prensa, incluyendo un posible escandalo sexual. A pesar de esta crisis, en la campaña siguiente Fowler disfrutó de más regularidad y fue elegido por los aficionados entre los tres mejores jugadores del City, tras ser el máximo goleador del equipo. Algo que Robbie describe como uno de los mayores éxitos de su carrera.
A mediados de 2005/06 se produce su vuelta al Liverpool, Fowler nunca había dejado de ser un hincha más del club red, se le vio por ejemplo en las gradas de la final de Champions League que el Liverpool ganó en 2005. Los aficionados celebraron la vuelta de Robbie a la que siempre fue su casa. El mismo reconoció sentirse feliz, como un niño en navidad, con su vuelta, todo el mundo aclamaba a The God en su regreso. En su vuelta Fowler acaba con un buen número de goles. En su última temporada en el Liverpool sus apariciones son escasas. Su último partido fue frente al Charlton Athletic, el 13 mayo de 2007, como capitán, dónde fue despedido con una enorme ovación de todo el estadio. Así dejó el Liverpool para siempre después de haber anotado 183 goles en 369 partidos.
Se marcha al Cardiff City de Championship, dónde sus problemas físicos vuelven a aparecer. En 2008/09 decide firmar con el Blackburn por tres meses, regresando a Premier League, de la mano de su ex compañero Paul Ince. Esta es su última aventura en Premier, llegando a ser el 4º máximo goleador de la competición, con 162 goles.
Se especuló mucho sobre el próximo destino de Robbie, un posible retiro dorado en Asia o EEUU. Pero sorprendentemente decide emigrar a Australia para fichar por el North Queensland Fury en febrero de 2009. Tras una temporada allí, decide cambiar de club y firma con el Perth Glory en abril de 2010, terminando el año como máximo goleador del equipo. Al finalizar la temporada, decide viajar a Tailandia para fichar por el Muangthong United, un fichaje aun más exótico que los anteriores. Aquí es aclamado como una estrella y se siente querido por todo el mundo. Actualmente desarrolla la labor de jugador-entrenador en este equipo.
A lo largo de su carrera Robbie ha tenido que soportar muchos rumores algunos buenos y otros no tanto. Ahora nada de eso parece preocuparle, aunque en realidad nunca lo ha hecho. Como la leyenda de que posee una de las mayores fortunas de Inglaterra, durante su época en el City los aficionados le cantaban, al ritmo de Yellow Submarine, “We all live in a Robbie fowler´s house…” Robbie reconoce que se ríe mucho con este rumor. Aunque supo invertir bien su dinero, cómo el mismo reconoce. Otros no tan graciosos, cómo los que le relacionaban con las drogas, y es que todavía, hace poco un aficionado se lo recordó y él le contestó que venía de meterse dos rayas en casa de su madre, siempre rodeado de polémica. Recientemente causó gran revuelo por una foto dónde aparecía disfrazado del cantante Lionel Richie. Algunos comenzaron a divagar y pensaron que era una burla hacia Patrice Evra (recordando su incidente racista con Luis Suarez), algo que tuvo que aclarar, manifestando que solo quería presumir de su nuevo disfraz. O cuándo se desprendió de una camiseta de Fernando Torres, para una subasta, dónde se tenía que despojar de algo que no quisiera tener y reconoció que le toco mucho los huevos su marcha al Chelsea. Así es Robbie, natural y sincero, pese a no gustar a todos.
Aunque ya no sea jugando al más alto nivel, en Tailandia, en Australia o en la luna si fuera necesario, Robbie Fowler nos sigue deleitando con sus goles allá por dónde va y es que lleva el gol en la sangre. No en vano su cuenta asciende ya a 252 dianas, algo que sin duda no esta al alcance de cualquiera, por algo le llaman The God.
José Ángel Blanco
@joseangelrubio