jueves, 28 de julio de 2011

Sobre el buen fútbol...

En plena efervescencia de cambio en el mundo soviético a mediados de los años ochenta arrancó una guerra en la forma de jugar al ajedrez que pasaría a la historia del mundo del deporte. Fueron más de diez años en los que Karpov y Kasparov lucharon sin trinchera en interminables partidas que mantenían un violento pulso ideológico en los años finales de la guerra fría.

Karpov era frío, incorruptible, metódico como una calculadora. Se manejaba con precisión en terrenos áridos e incómodos. Kasparov representaba el cambio y la imaginación, la osadía. Un ajedrez romántico y directo, alejado de las estrecheces políticas de los soviets.

Algo parecido pasa en la liga española, extrapolado al fútbol mundial. Real Madrid y Barcelona representan dos estilos futbolísticos diferentes pero similares que buscan la excelencia máxima del fútbol total.

El Barcelona es un equipo que tiene muchas marchas a la hora de jugar. Un sinfín de recursos que le permite elegir siempre la velocidad del partido. Es capaz de enredar un partido a base de fútbol especulativo y esperar lo que sea necesario hasta encontrar el hueco. Nunca se pone nervioso, nunca duda, nunca se equivoca. Una vez que ya ha cazado a su presa mantiene aún más su frialdad, sabiendo que los despistados rivales tendrán que aparecer más.

El Madrid, sin embargo, es un torbellino que arrasa con todo lo que pilla a su paso. Nunca para a que las mujeres y los niños se pongan a cubierto, es un terremoto que no deja títere con cabeza en su camino. Su fútbol es violento, rápido, como una tormenta en medio del océano. En el momento en el que los jugadores sacan el hacha lo mejor es hacerse a un lado y refugiarse donde uno mejor pueda.

Madrid y Barça son dos equipos enfrascados en una rivalidad eterna y visceral, representada por dos modelos de fútbol dispares pero igual de contundentes. En los últimos años se podría decir que el Barça ha sido la referencia al dar una vuelta más al fútbol total que desarrolla desde la época de Cruyff mientras que el Madrid ha estado perdido buscando un estilo que le permitiera combinar el talento individual de los mejores jugadores del mundo al servicio del colectivo. Ahora ya lo tiene y cuenta con las armas necesarias para librar una batalla más contra el eterno rival.

Jugar bien al fútbol no es un concepto de estilo o de estrategia, consiste sencillamente en jugar bien al fútbol. Mover el balón con fluidez, encontrar huecos en las defensas encerradas, abrir el juego a bandas, hacer paredes en la frontal del área, presionar arriba, sacar el balón jugado sin perder balones, saber estar colocado en el campo y a la vez poder dar libertad de movimiento a los jugadores de arriba…etc.

El gran problema del Madrid de los últimos años ha sido tratar de contrarrestar con un simple juego de contraataque un sistema complejo y elaborado de fútbol.  El Madrid no necesita copiar el estilo de juego del Barça, metódico y frío, pero si que tiene que adoptar los conceptos del fútbol total que le permitan tener el control del partido en todo momento. Año tras año cada equipo tiene más balas en el cargador, suerte para el que esté en frente.



Javier del Mar

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